El domingo 27, según anunciamos a nuestros
favorecedores, tuvo efecto el desafío entre los clubs de juego de pelota de
“Matanzas” y la “Habana”.
Reunidos en el lugar conocido por “Palmar de
Junco”, en el barrio de Pueblo Nuevo (Matanzas), se procedió a echar suerte al
que debía tocar in; cúpole al de Matanzas, por lo que el club habanero pasó a
ocupar su puesto respectivo, dándose enseguida la voz de play por el Umpire. (A
la una menos cuarto).
Jugados los primeros innings, el match parecía
igual, pues no hicieron más que dos corridas por ambas partes.
En el primer inning del “Habana” tuvo lugar
una seria discusión motivada por la manera de lanzar la pelota el pitcher del
“Matanzas”, que en vez de to pich, que es como está prevenido, se permitió el
lujo de throw the ball, que está prohibido.
Pidióse en el acto judgement al Umpire (juez)
y éste declaró que, en justicia, no era válido el modo de arrojar la pelota que
usaba el pitcher matancero; pero como éste no fuera reemplazado, creyendo aquel
club llevar en ello gran ventaja, se determinó que ambas partes hicieran uso de
igual privilegio.
Sin embargo, la suerte estaba echada: el
“Habana B.B.C.”, logró con esta innovación una ventaja, pues la fuerza de su
pitcher (R. Mora) cuyo throwing era tan rápido y tanta la ligereza y tino que
su catcher (míster Bellán, del “Mutual Club” de New York) apenas permitía al
batmen matancero distinguir la pelota. He aquí por qué en 7 innings que se
jugaron los del “Matanzas B.B.C.” no hicieron sino nueve corridas, mientras que
el “Habana B.B.C.” en igual número de innings le hizo tres skuns y 51 corridas,
ganándoles, por lo tanto, por cuarenta y dos corridas.
Con motivo de no haberse preparado
convenientemente el terreno, el Umpire no pudo funcionar con el acierto que era
de esperar, mereciendo, sin embargo, un voto de gracia por la solicitud y buen
deseo de que dio prueba.
Una concurrencia numerosa presenció el acto,
que por la novedad llamó la atención. Gustó mucho también el sencillo y
apropiado uniforme del “Habana B.B.C.”.
Merecieron especial distinción Bellán y Mora;
el primero hizo tres home runs y el segundo uno. Por la reseña que copiamos al
pie, puede verse que todos se portaron como buenos.
El juego terminó a las 5 y 35 minutos de la
tarde, hora en que la oscuridad no permitía continuar.
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