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jueves, 28 de julio de 2011

Cuerpo de Bomberos del Comercio




 El Cuerpo de Bomberos del Comercio surgió el año de 1873 ante la necesidad de atender el servicio de extinción de incendios que se encontraba, si no abandonado por completo, a lo menos, en lamentable estado de deficiencia.
 Su organización, que se debe a la poderosa iniciativa de D. Aquilino Ordoñez, es como sigue: Consta en la actualidad de unos cuatrocientos hombres, formando dos agrupaciones, o sea el Comité Directivo y la Fuerza Activa.
 El primero se compone de un Presidente, un Vicepresidente, un Tesorero y un Secretario, teniendo a su cargo la alta gestión de todos los intereses morales y materiales de la institución, y su parte económica.
 La Fuerza Activa es la que tiene a su cargo el servicio voluntario de la extinción de incendios, sin remuneración alguna, salvo las clases asalariadas como son los maquinistas, conductores, telegrafista y corneta-furrieles.
 Se halla subdividido en cinco Secciones, una de Obreros y Salvamento, tres de bomba y una de Sanidad.
 Cada Sección la manda inmediatamente un primero y un segundo jefe de Sección.
 La de Obreros y Salvamento se compone de cuatro agrupaciones llamadas brigadas, tres de ellas son de carpinteros y albañiles y una de gimnastas. Cada brigada tiene veinticinco plazas al mando inmediato de un primero y un segundo brigada.
 Las tres secciones de bomba tienen cada una cinco brigadas de a veintidós hombres cada una. Dos de ellas son pitoneros, denominándose izquierda y derecha; dos de manguera con el mismo nombre de izquierda y derecha, y la quinta es la de la máquina.
 La sección Sanitaria no tiene más que veinticinco plazas, que la componen tres médicos, un ayudante y veintiún sanitarios.
 Las cinco secciones que forman la Fuerza Activa están bajo el mando de un primero y segundo Jefe del Cuerpo.
 Hay además un ayudante facultativo, arquitecto.
 La institución es completamente civil, pero tanto por recompensa de largos y buenos servicios, cuanto porque siendo el elemento militar el que domina en los incendios, no podía aquella moverse desembarazadamente y sin tropiezo con distintivos y carácter del orden civil, la Autoridad le concedió en 20 de Enero de 1880 a título de recompensa, que sus Jefes, Oficiales y clases tuvieron en los actos del servicio el mismo carácter y consideraciones de los de Cuerpos de Voluntarios cuando se encuentran prestando el suyo.
 Por virtud de esta concesión los Jefes y Oficiales del Cuerpo de Bomberos del Comercio, están asimilados a los Cuerpos de Voluntarios…
 Siendo de suprema necesidad que el ataque de los incendios se efectúe con gran actividad y mucho orden, lo cual es muy difícil en los primeros momentos por la gran confusión a que da lugar todo incendio, y la excitación que se apodera de todos los ánimos, necesitan los bomberos de ciertos distintivos para conocer a primer golpe de vista a sus Jefes y Oficiales y la brigada a que pertenecen, y esto se encuentra perfectamente resuelto en el Reglamento del Cuerpo, por medio de los colores de los cascos y las hombreras de las chaquetas de uniforme.
 Los cascos se diferencian del siguiente modo: 1ro y 2do Jefe: Casco blanco, fileteados, carátula plateada, letras negras.
 1ro, 2do y 3cer Jefes de Sección: Casco negro, filetes blancos, carátula plateada con letras negras.
 Brigadas: Casco negro, filetes blancos, carátula roja, letras negras.
 Brigadas: Casco negro, filetes y carátula rojos con letras negras.
  

 Las hombreras se usan de este modo: los bomberos de la 1ra sección no llevan ninguna, pero en su defecto los de la brigada de salvamento usan el cuello de la chaqueta y el cinturón de color rojo.
 Los bomberos de las secciones de bomba (…) usan las hombreras de los siguientes colores: la brigada del pitón izquierdo, rojas con vivos verdes; la del pitón derecho, verdes con vivos rojos; la de manguera izquierda, roja; la de manguera derecha, verdes; la de máquina, amarillas.
 Estas mismas hombreras por la posición indican también la sección. Las rectas indican la 2da sección; la terciada, la 3ra y la recta con un filete blanco al centro, la 5ta.
 El material es el siguiente: tres bombas de vapor; tres carreteles; 6000 pies de manguera de lona; dos carros de auxilio con herramientas, escaleras, botiquines, manga de salvamento; bombillos químicos, etc.
Para el tiro se cuenta con doce caballos.
 Las bombas, dos de ellas son de pistón, y una rotaría.
 Aquellas desalojan 400 galones de agua por minuto, y esta 700. Llevan los nombres de Colón, Cervantes y Rabana. Esta ofrece sobre las otras la ventaja de que no teniendo válvula y sólo cuatro piezas que funcionan, mientras que las otras tienen treinta, hay un gasto muy pequeño de fuerza para vencerla inercia del mecanismo, y por consiguiente consume menos combustible.
 Dos de estas bombas tienen constantemente agua caliente en las calderas, lo cual permite que puedan funcionar a los cuatro o cinco minutos de encendidas las fornallas.
 Los caballos hacen guardias de cuatro horas, y su enganche y la salida del material para los incendios se efectúa en el brevísimo espacio de quince a veinte segundos.
 El material y su tiro está repartido en dos estaciones, una en la calle del Sol y otra en la calzada de Galiano.
 Para el conocimiento rápido de los siniestros y difusión de las alarmas, dispone el Cuerpo de una extensa red de alambres por todo el perímetro de la ciudad, contando con ochenta y dos estaciones telefónicas, que se designan con una tablilla en la puerta de la casa que dice: "Estación oficial para alarmas de incendio." Se dice oficial porque es la única autorizada por el gobierno para dar las alarmas y retiradas. Los guardias de Orden Público y la Policía acuden a estas estaciones para llevar la noticia del incendio o para recibir la orden de difundir por medio de pitos las alarmas y retiradas.
 Se designa el lugar del incendio de este modo. Los puntos largos que se dan por medio de los pitos no significan nada, los breves considerados en línea como si fuesen números, denotan el número de la agrupación incendiada, por ejemplo: un punto largo, uno breve, uno largo y dos breves, uno largo y tres breves, dicen claramente 123, y mirando en la cartilla o plano trazado por el Cuerpo en sustitución del antiguo sistema de designación de distrito, se encuentran los nombres de las calles que rodean el sitio donde se supone el incendio. La retirada se denota por medio de un pitazo largo y otro breve. Las estaciones están a cargo de personas filantrópicas que prestan gratuitamente este servicio.
 La parte económica es de esta manera:
 Los bomberos se costean su equipo y el Cuerpo les ayuda, cuando los fondos lo permiten, con una parte de dicho equipo.
 Los gastos de conservación, reposición de material, sueldos, manutención del tiro animal, se cubren con una subvención de las Compañías de Seguros y por medio de suscripción pública.
 El Ayuntamiento solía consignar en su presupuesto algún auxilio para el Cuerpo, pero hace algunos años que lo suprimió, quedando a deberle una fuerte suma. Por esta razón no es buena la situación económica del Cuerpo, no pudiendo llenar sus atenciones y aumentando su deuda diariamente; de modo que si no se le proporcionan elementos, esta vigorosa y ya antigua institución está llamada a extinguirse y desaparecer.


 R. Mora: 17 de mayo de 1890, La Habana, 1890.


 

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