Antonin Artaud
Esa nariz de huesos y de piel
donde comienzan las tinieblas
de lo absoluto, y la pintura de esos labios
que cierras como un telón
Y ese oro que te roza en sueños
la vida que tus huesos roe,
y las flores de esa mirada falsa
por la que vas hacia la luz
Momia, y esas manos de alambre
para revolverte las entrañas,
esas manos donde la sombra atroz
adquiere el aspecto de un pájaro
Todo esto de que se orna la muerte
con un rito aleatorio,
esa charla de sombras, y el oro
en que nadan tus entrañas negras
por allí yo te encuentro,
por el camino calcinado de las venas
y tu oro es como mi pena
el peor testigo y el más fiel
Ces narines d’os
et de peau
par où commencent les ténèbres
de l’absolu, et la peinture de ces lèvres
que tu fermes comme un rideau
Et cet or que te glisse en rêve
la vie qui te dépouille d’os,
et les fleurs de ce regard faux
par où tu rejoins la lumière
Momie, et ces mains de fuseaux
pour te retourner les entrailles,
ces mains où l’ombre épouvantable
prend la figure d’un oiseau
Tout
cela dont s’orne la mort
comme
d’un rite aléatoire,
ce
papotage d’ombres, et l’or
où
nagent tes entrailles noires
C’est
par là que je te rejoins,
par la route calcinée des veines,
et ton
or est comme ma peine
le pire et le plus sûr témoin.
Traducción de Raúl Gustavo Aguirre
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