Matanzas, 22 de enero de 1964
Al Dr. José Antonio Portuondo
En La Habana
Muy
estimado Dr. Portuondo:
Por nuestro amigo el doctor José María Chacón
y Calvo, y por mi hermano José Manuel, me enteré de que usted, en una
conferencia publicada en el suplemento del diario Hoy, correspondiente
al día 5 de este mes, había tenido para mi persona palabras afectuosas y
enaltecedoras, como comentario a un juicio que, sobre mi libro La zafra,
publicó Julio Antonio Mella hace algunos años.
Por venir de usted -a quien admiro desde hace
mucho tiempo- las palabras enunciadas, sentía impaciencia por conocerlas; y es
así cómo, complaciendo mi deseo, José María Chacón acaba de enviarme la página
de Hoy, donde aparece su conferencia.
Sus
palabras dedicadas a mí merecen mi entrañable gratitud, la cual expreso con
sumo placer y con la misma sinceridad con que usted las emitió.
Trabajo hermoso, sereno y justo el suyo. Por
encima de toda discrepancia ideológica coloca usted el respeto a la persona del
escritor adversario, y aún reconoce los méritos del mismo, como ocurre con las
citas que hace de Mañach y de Lamar Schweyer.
¡Ojalá
que fueran siempre así quienes en una lucha ideológica pretendan atraer a los
neutrales o a los indiferentes!
El artículo de Mella, el original firmado por
su mano, está en mi poder desde el momento en que lo escribió. Me fue
entregado, si recuerdo bien, por José Antonio Fernández de Castro.
Agradecí mucho al joven líder la deferencia
con que me trataba, aunque nunca he llegado a comprender por qué me llamó “inconsciente
desertor”. Usted desprende de mis hombros ese injusto sambenito; porque yo
estoy actualmente colocado en el mismo lugar que cuando escribí La zafra.
En punto de agradecer, también le expreso mi
gratitud por la doble mención de mi nombre en su Bosquejo histórico de las
letras cubanas.
Le ruego me tenga por su amigo que le saluda
con afecto
Agustín
Acosta
1964
Mella: 100 años, Vol. 2, Editorial Oriente, 2003, p. 29.
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