Hilda Doolittle
I
Qué son las islas para mí,
qué es Grecia,
qué es Rodas, Samos,
Quios,
qué es Paros enfrentándose
al oeste,
qué es Creta?
Qué es Samotracia,
alzándose como un navío,
qué es Imbros, desgarrando
las olas tormentosas
con su pecho?
Qué es Najos, Paros,
Milos,
qué el círculo en torno a
Lycia,
qué el blanco collar
de las Cyclades?
II
Qué es Grecia…,
Esparta, alzándose como
una roca,
Tebas, Atenas,
qué es Corinto?
Qué son las islas para mí,
qué es Grecia?
III
Qué puede darme el amor de
la tierra
que tú no tengas,
qué puede despertar en mí
el amor de la lucha
que tú no tengas?
Aunque Esparta entre en
Atenas,
Tebas arruina a España,
y todo cambia como el
agua,
todo salta, descargando su
terror
y cayendo de nuevo.
IV
“Qué te ha dado el amor de
la tierra
que yo no tenga”
He preguntado a los tirios
mientras descansaban
en sus barcos negros,
cargados de riquezas;
he preguntado a los
griegos
de los barcos blancos
“qué te ha dado el amor de
la tierra?”
Y ellos contestaron… “paz”
V
Pero la belleza permanece
separada,
la belleza es lanzada por
el mar
como una roca estéril,
la belleza es edificada
con restos de navíos
sobre nuestra costa, donde
la muerte guarda
la apariencia apacible de
la orilla,
donde la muerte, avanza
hacia nosotros
desde el fondo.
La belleza permanece
separada:
los vientos que acuchillan
su playa,
arremolinan la tosca arena
lanzándola hacia las
rocas.
La belleza permanece
separada
de las islas
y de Grecia.
VI
En mi jardín
los vientos han abatido
los lirios;
en mi jardín, la sal ha
marchitado
los pétalos primeros del
narciso.
y el jacinto postrero;
la sal ha reptado en mi
jardín
bajo las hojas del blanco
jacinto.
En mi jardín
hasta la flor -del viento-
rueda mustia,
rota finalmente por el
viento.
VII
Qué son las islas para mí
si te has perdido,
qué es Paros para mí
si retrocedes,
qué es Milos
si te espantas ante la
belleza,
terrible, tortuosa,
aislada,
como una roca estéril?
Qué es Rodas, Cretas,
qué es Paros,
enfrentándose al oeste,
qué, la blanca Imbros?
Qué son las islas para mí
si tú vacilas,
qué es Grecia para mí,
si retrocedes
ante el terror
y el frío esplendor del
canto
y su desnudo sacrificio?
Versión de Gastón Baquero
Tomado de Clavileño, febrero de 1943.
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