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viernes, 19 de marzo de 2021

Escalera

 

   Eugenio Florit

 

    ESCALERA (Tocata y Fuga) Por Genaro Estrada.

Ediciones del Murciélago. México, 1929.


  Dijo al final de "Crucero", su libro anterior:

 

      "Para seguir la derrota del aire

       ven a ver que va llegado el momento".

 

 Y ya llegó el momento anunciado. Genaro Estrada —ya casi todo él mismo— construye su escalera para el definitivo salto. Y aún antes de él, al abandonar cada peldaño, son fugas, también, y ensayos de la gran fuga final, en la que va a "dejar la tierra por seguir el viento".

 

  Es un libro —un poema— perfectamente hecho. Completo. Y personal. Ahora, si le vemos en ocasiones dando el brazo a Góngora, no lo hace influido por él; gusta de su amistad y no quiere abandonarlo por completo. Realmente, es tan buen compañero este Don Luis! Pero, eso sí: a ratos, nada más. Y tan así lo entiende G. E, que va solo en momentos difíciles de su insomnio, cuando mira

 

     “el avance pausado

     de la noche redonda".

 

y se siente fuerte y dueño de sí.

 

   “Emulando al nadador preciso que en la piscina

    une en arco los brazos con las manos en flecha,

    me arrojaré en un súbito ademán temerario         

    en elástico salto, a la fuga del aire".

 

 Y le servirá de trampolín su misma escalera, proyectada en un vacío de sombras y silencio.

 

   Porque eso es el libro de G. E.: sombra y silencio. Inquietud azorada de la noche, cuando vamos a poner

 

      "la mano en la cortina

      para salir del mundo".

 

 Y profundidad. Podríamos decir que su profundidad absorbe las otras dimensiones. Hecho todo el poema con juegos de sombras, álzase la escalera hundiéndose en un espacio donde

 

         "arcángeles de la ausencia

          azules sombras proyectan".

 

  Y es ahí, al extremo de la escalera, al alzar los brazos para el salto, dentro del silencio del amanecer inquieto de presagios, cuando el poeta Genaro Estrada se acuerda de su amigo, y le apena irse solo.

 

     —Viene Ud. conmigo, Don Luis?

     Y, Don Luis: —Voy contigo.

 

  Y, "prendidos en el cable que se ofrece", escapan "a la inédita aventura" y "en un salto violento", dejan "la tierra por seguir el viento".—E. F.

 

  Revista de Avance, Núm. 38, septiembre de 1929, p. 279.



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