Adolfo Dollero
La Provincia Vueltabajera es rica en aguas
minero-medicinales, algunas de merecido renombre, como las de San Diego.
Hace aproximadamente un siglo que las aguas
de esos manantiales han sido estudiadas y analizadas científicamente: pero
fueron conocidas con anterioridad.
Desde el año 1829 la Sociedad Económica de
Amigos del País publicó sobre los famosos manantiales un estudio, atribuyendo
las cualidades curativas de ellos y su celebridad "a los
gases que se desprenden del enorme exceso de chapapote por entre cuyas masas
corren las aguas y se cargan del hidrógeno que se forma y dejan escapar las
leyes de la afinidad electiva que opera sus repetidas combinaciones."
"Iguales fenómenos se observan en
determinada proporción con las otras materias combustibles por los terrenos
cercanos a la concha de las aguas de Bahía Honda, que recibe el chapapote de
los manantiales que lo producen; pero se le nota alguna más blandura que la de
otros pedazos comparados con los que se recogen por las cercanías del
embarcadero de San Juan de Jaruco."
El estudio aludido se debía al Ldo. Joaquín
José Navarro, y fue entonces premiado con un accessit de medalla de honor.
Los Baños de San Diego están ubicados en
terrenos de la antigua Hacienda de San Pedro de la Galera, en la margen
izquierda del Caiguanabo, al pié de las Lomas de Güira en donde el Río toma el
nombre de San Diego: a unos 225 ms. sobre el nivel del
mar.
Su origen es muy antiguo y no se conoce la fecha
exacta de su descubrimiento. Solamente se sabe que el 22 de Marzo de 1793 se
celebró la primera Misa en la Hermita Nueva de San Diego (así rezan las
Crónicas de la época), lo que prueba que debe haver existido otra ermita
anteriormente, ya que en 1775 acudían enfermos a bañarse.
Ambas fueron incendiadas.
¿Cuando y por quién? Lo ignoramos.
La parroquia de entrada de San Diego fué
creada en primero de febrero de 1858.
Allá por el año de 1632 D. Mateo Pedroso
mercedó un sitio a D. Diego de Zayas y desde entonces se llamó Corral de San
Diego, pero la población actual es la construida de 1843 a 1844 por D. Luis
Pedroso, con arreglo a un plano determinado que dividía el
terreno en 36 manzanas y sus correspondientes solares de 1080 varas planas cada
uno. Y sufrió, naturalmente, desde entonces muchas modificaciones todavía.
Cultura Cubana. La provincia de Pinar del
Río y su evolución, La Habana, Imprenta Seoane y Ferández, 1921, p. 19.
Grabado de Federico Mialhe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario