El Dr. Beurling, fotógrafo muy conocido por la costumbre de empinar el codo, tuvo un hijo de diez años, al cual preguntó un día su maestro, cuántos eran los elementos:
-Cinco, contestó el muchacho.
-¡Cinco!, repitió el maestro colérico. ¿Cuáles son?
-Agua, fuego, tierra, aire y..... aguardiente.
-En nombre de Dios! ¿Quién te ha enseñado semejante locura?, interrogó el maestro.
-Nadie; pero mi padre acostumbra decir, cada vez que echa un trago de aguardiante, que está en su elemento.
Don Junípero, vol 1., 1862.
Diario de La Marina, 5 de agosto de 1852.
Ver daguerrotipo cubano de Beurling
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