Alejandro Garrido, el primer actor que llena con su presencia esta página, es un verdadero artista.
Desempeña con amor los papeles que pone a su cargo y arrebata muchas veces el auditorio con sus oportunismos deliciosos.
Para escribir una obra como Los 33 millones, se necesitó la pluma inspirada del mejor crítico en la escena, como autor, que en Cuba se conoce, y para su protagonista, el Liborio, símbolo admirable del buen pueblo cubano, se necesitó un actor como Garrido, que pone todo el buen deseo de su arte y todo el gusto admirable de sus frases escenénicas, en el papel del pueblo, sano y honradote.
El Pensil tributa trayendo a sus páginas el retrato del Liborio-Garrido un justo homenaje de admiración y simpatía.
Desempeña con amor los papeles que pone a su cargo y arrebata muchas veces el auditorio con sus oportunismos deliciosos.
Para escribir una obra como Los 33 millones, se necesitó la pluma inspirada del mejor crítico en la escena, como autor, que en Cuba se conoce, y para su protagonista, el Liborio, símbolo admirable del buen pueblo cubano, se necesitó un actor como Garrido, que pone todo el buen deseo de su arte y todo el gusto admirable de sus frases escenénicas, en el papel del pueblo, sano y honradote.
El Pensil tributa trayendo a sus páginas el retrato del Liborio-Garrido un justo homenaje de admiración y simpatía.
15 de septiembre de 1909
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