Los niños y las moscas me recibían
con miles de mosquitos en La Lisa,
donde vive mi hermana la maestra,
que hace tiempo se arrastra por el llano.
¡Tararí! ¡Tarará! Las moscas se comían el pastel,
con matamoscas los niños las mataban.
Los mosquitos la sangre nos chupaban,
una vaquita negra hacía muuu...
Mis grandes alegrías terminaron.
1969
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