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lunes, 4 de julio de 2011

Frágil barquilla





  En celebridad de los días de nuestro augusto Soberano el Señor D. Fernando VII (que Dios guarde), estaba anunciada en esta capital la primera ascensión aerostática de D. Domingo Blinó, natural de ella, la cual tuvo efecto del modo más espléndido, y en que dio el joven viagero testimonios públicos de su pericia e intrepidez. A las seis y cuarto de la tarde salió el globo de la plaza de toros, a pesar de lo cargado de la atmósfera, con una magestad admirable; y siguiendo su curso al poniente, a gran distancia echó las palomas que dedicó a la Excma. Sra. Condesa de Villanueva, muchas poesías y flores, y al fin soltó al paracaídas con dos cuadrúpedos, tomando en seguida tan rápido vuelo, que a las siete menos cuarto lo reparamos del tamaño de una estrella de tercera magnitud, y se ocultó a la simple vista.

 En rigurosa justicia debemos hacer público que los arreglos y disposiciones de esta ascensión y sus resultados, fueron tan completos como podían esperarse del más veterano en la práctica de la ciencia. La serenidad con que Blinó entró en su frágil barquilla, la compostura con que se despidió de los moradores de la tierra, gritando por el aire viva el REY y flameando su estandarte, ni antes lo habíamos presenciado, ni jamás lo esperábamos de un joven, que solo alentado por amor al arte, se atreve por primera vez a romper las densas columnas del éter e invadir con arrogancia sus regiones ignoradas. Sentimos anunciar que la tarde le fue contraria en todos respectos; no obstante, el concurso fue numeroso dentro y fuera de la plaza, y el pueblo se portó con la mayor cordura, retirándose tranquilamente a sus casas después de haber escuchado con júbilo el sonido del bronce, que anunciaba lo grande del día.

 El vecindario de la Habana, sensible al rumbo que vio tomar al globo, estuvo inquieto toda la noche por la suerte del aeronauta, y mucho más cuando retornaron al puerto sin noticia alguna las embarcaciones que el zelo de la autoridad había despachado en su auxilio, aumentándose todo el día hasta ahora que son las seis de la tarde, en que de positivo no se sabe el destino que haya cabido a tan arrojado joven, a pesar de las muchas noticias que se han divulgado hoy hijas de los buenos deseos de un público compasivo.

 Ya la población tenía perdida la esperanza de recobrar al hábil aeronauta; pero por suplemento al mismo Diario del 1ro. se publicaron los oficios siguientes, habiendo después llegado a la Habana Blinó, y siendo objeto de diferentes composiciones poéticas que se han publicado en los números sucesivos de dicho periódico.

 “Excmo. Sr.: A las doce de este día recibí de D. Pedro Menocal y Ramos, vecino de este partido, el adjunto oficio, e impuesto de su contenido pasé inmediatamente a la finca del mencionado Ramos con objeto de auxiliar a D. Domingo Blinó en cuanto necesitase y viesen mis facultades para que se condujese a esta capital; y habiéndolo traído a mi casa como a las dos de la tarde, después de franquearle cuanto necesite para su descanso y marcha, me ha comunicado haber descendido a las ocho y veinte minutos de la noche sin ninguna novedad, en los terrenos del Potrero S. José de la propiedad del referido D. Pedro Menocal y Ramos, y lo participo a V. E. para su conocimiento.

 Dios guarde a V. E. muchos años. Quiebra-Hacha, 31 de Mayo de 1831. Excmo. Sr. Manuel Peñaredonda, Excmo. Sr. Presidente Gobernador y Capitán General”.

 “…Como a las siete de esta mañana, el moreno libre Julián Povea me dio aviso de que inmediato a mi casa se hallaba el globo, sin persona alguna: al instante ocurrí al lugar con ánimo de recogerlo para remitirlo al Excmo. Sr. Capitán General; mas cuando llegué ya encontré allí a D. Domingo Blinó, el que se halla en mi casa, y me encarga le participe a V. lo ocurrido para que dé V. el correspondiente aviso a dicho Excmo. Sr. Capitán General. Dios guarde a V. muchos años. Potrero S. José y Mayo 31 de 1831. Pedro Menocal y Ramos. Sr. Capitán del partido de Quiebra-Hacha."


 Diario de la Habana, 1ro de Junio de 1831. 


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