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lunes, 31 de agosto de 2015
domingo, 30 de agosto de 2015
El caso Mapelli
Pedro Marqués de Armas
James Mapelli transitó del mundo del teatro al de la terapéutica sin pasar por la medicina. Luego de una década de empeños, lo logró de manera estable en Buenos Aires, ciudad en la que se habría radicado hacia 1915. Siempre dijo que se había formado con Lombroso, que era médico graduado en la Universidad de Turín, y así lo presentaban los periódicos, lo mismo en Milán que en Barcelona, en La Habana que en Buenos Aires.
James Mapelli transitó del mundo del teatro al de la terapéutica sin pasar por la medicina. Luego de una década de empeños, lo logró de manera estable en Buenos Aires, ciudad en la que se habría radicado hacia 1915. Siempre dijo que se había formado con Lombroso, que era médico graduado en la Universidad de Turín, y así lo presentaban los periódicos, lo mismo en Milán que en Barcelona, en La Habana que en Buenos Aires.
En cada una de estas ciudades donde no pocos médicos
disfrutaron de sus espectáculos y, en algunos casos, lo invitaron a tratar a sus
enfermos, su imposibilidad de mostrar o acreditar el título generó
algarabías y protestas en las acorazadas corporaciones médicas.
Era ilusionista,
hipnotista, calculista y un largo etcétera. Según quienes lo vieron actuar tenía el mismo nivel de un Cumberland o un Onofroff.
En La Habana lo llevaron a Mazorra por mediación de la Sociedad de Psiquiatría. Allí hipnotizó a algunos pacientes y sacó de un estado catatónico a una reclusa negra que tan pronto hacía muecas y gestos extraños como adquiría una rigidez espantosa.
En La Habana lo llevaron a Mazorra por mediación de la Sociedad de Psiquiatría. Allí hipnotizó a algunos pacientes y sacó de un estado catatónico a una reclusa negra que tan pronto hacía muecas y gestos extraños como adquiría una rigidez espantosa.
En España, como en Cuba, lo acusaron de
charlatán y retaron a demostrar sus conocimientos de medicina. El célebre
doctor Juarros, psiquiatra forense y temprano seguidor de Freud, le dio una cita a la que no se presentó, mientras la prensa le hacía campaña a nombre
de la “verdadera ciencia”.
Mapelli llegó a hacer pública una carta en la que se ofrecía para hacer declarar al Capitán Sánchez, quien entonces estaba siendo procesado por el descuartizamiento de García Jalón, el rico amante de su hija.
Mapelli llegó a hacer pública una carta en la que se ofrecía para hacer declarar al Capitán Sánchez, quien entonces estaba siendo procesado por el descuartizamiento de García Jalón, el rico amante de su hija.
Sánchez se negaba a abrir la boca, y Mapelli, colmo de insolencia, se brindó para abrírsela en dos minutos.
(De este caso, no el de Mapelli, sino el del Capitán, ver El crimen del Capitán Sánchez, de Vicente Aranda, 1985.)
En Argentina actuó durante algunas temporadas en el Teatro Coliseo, hasta que fue llamado al Hospital Pirovano para hacer demostraciones e impartir conferencias.
(De este caso, no el de Mapelli, sino el del Capitán, ver El crimen del Capitán Sánchez, de Vicente Aranda, 1985.)
En Argentina actuó durante algunas temporadas en el Teatro Coliseo, hasta que fue llamado al Hospital Pirovano para hacer demostraciones e impartir conferencias.
Personaje arltiano en el país de las ficciones, sus
curaciones de oscuras parálisis y casos de impotencia y dolor crónico
terminaron por convencer a los médicos. Casi al mismo tiempo que surgía el
interés por el psicoanálisis, logró hacerse de un lugar en la clínica.
Tampoco entonces faltaron acusaciones de curanderismo, e incluso, su consultorio fue cerrado en varias ocasiones.
Sin embargo, suficientemente hábil como para escribir y publicar sus experiencias, adaptando -o adoptando- el lenguaje de las revistas especializadas (“Paraplejía funcional curada por psicoterapia”, así tituló uno de sus artículos), pronto Mapelli se hizo del todo indispensable.
En 1928 publicó en la prestigiosa editorial El Ateneo, La psicoinervación. Terapéutica psíquica, propuesta teórica que no desmerecía en modo alguno. En realidad, más que en el terreno de las grandes curaciones mediante hipnosis se colocaba, con este estudio, en el ámbito de la psicoterapia, al destacar el papel de la sugestión y de la palabra como estímulo psíquico.
Fue reclamado en breve desde instituciones, por fortuna para él, más ligadas a la medicina que a la psiquiatría propiamente.
Sus éxitos en el campo de la cirugía, y sus ocasionales aportes a la policía, sellaron su prestigio y terminaron de acreditarlo.
No hay que olvidar que su irradiación sobre la sociedad y las sacrosantas instituciones solo podía tener un origen: la ficción, la creencia, es decir, la sociedad misma. Mapelli no solo se impuso tras años de entrega como el médico práctico y dotado que era, sino que ayudó a crear un clima favorable para el incipiente psicoanálisis en la Argentina de los años treinta.
No dudó en presentar su “psicoinervación” como “verdadera terapéutica”, capaz de señalar las insuficiencias de la medicina.
No solo eso, la ofreció como guía, como programa a incorporar. Y ciertamente, al igual que en el teatro, no pocos lo siguieron.
Tampoco entonces faltaron acusaciones de curanderismo, e incluso, su consultorio fue cerrado en varias ocasiones.
Sin embargo, suficientemente hábil como para escribir y publicar sus experiencias, adaptando -o adoptando- el lenguaje de las revistas especializadas (“Paraplejía funcional curada por psicoterapia”, así tituló uno de sus artículos), pronto Mapelli se hizo del todo indispensable.
En 1928 publicó en la prestigiosa editorial El Ateneo, La psicoinervación. Terapéutica psíquica, propuesta teórica que no desmerecía en modo alguno. En realidad, más que en el terreno de las grandes curaciones mediante hipnosis se colocaba, con este estudio, en el ámbito de la psicoterapia, al destacar el papel de la sugestión y de la palabra como estímulo psíquico.
Fue reclamado en breve desde instituciones, por fortuna para él, más ligadas a la medicina que a la psiquiatría propiamente.
Sus éxitos en el campo de la cirugía, y sus ocasionales aportes a la policía, sellaron su prestigio y terminaron de acreditarlo.
No hay que olvidar que su irradiación sobre la sociedad y las sacrosantas instituciones solo podía tener un origen: la ficción, la creencia, es decir, la sociedad misma. Mapelli no solo se impuso tras años de entrega como el médico práctico y dotado que era, sino que ayudó a crear un clima favorable para el incipiente psicoanálisis en la Argentina de los años treinta.
No dudó en presentar su “psicoinervación” como “verdadera terapéutica”, capaz de señalar las insuficiencias de la medicina.
No solo eso, la ofreció como guía, como programa a incorporar. Y ciertamente, al igual que en el teatro, no pocos lo siguieron.
domingo, 23 de agosto de 2015
Mapelli en Barcelona
Un ofrecimiento
La Correspondencia de España:
Ahora recibimos la visita del
médico italiano profesor James Mapelli, que dará el lunes una conferencia en el
Ateneo y el sábado debutará en el Gran Teatro con una sesión científica de
escenas sugestivas, demostraciones del ocultismo, hipnotismo, imposición de la
voluntad, etc., etc.
Si, como parece hasta ahora, no
han logrado los jueces que confiese el capitán Sánchez, el profesor Mapelli se
compromete, según anoche nos dijo, a lograr una amplia declaración del acusado.
Para ello le sometería primero a
la sugestión, luego a la imposición de la voluntad, y, finalmente, a la
verdadera forma de hipnotismo.
Mapelli, predilecto discípulo de
Lombroso, dedicóse de la criminología, y sólo ve en Sánchez un caso claro de
sadismo.
En Milán logró, a petición del
juez Scimeni, sugestionar a un procesado, del que arrancó importantes
revelaciones. ¿No será una lástima que si el profesor italiano tiene el medio
de evitar el enorme trabajo que sobre los jueces pesa mientras Sánchez no
declare, no se hiciera uso de este supremo recurso?
Mapelli en el Gran
Teatro
Esta noche se presentará en el
Gran Teatro el profesor James Mapelli, que viene precedido de gran fama científica
y que ha hecho últimamente en Barcelona experimentos admirables.
El Sr. Mapelli, médico italiano y
aventajado discípulo de Lombroso, se ha dedicado con predilección al estudio de
los fenómenos del hipnotismo, con arreglo a los principios de la ciencia y a
las observaciones en la clínica. No se trata, pues, de ningún charlatán ni de
juegos de prestidigitación ni de magia. El lunes próximo dará el Sr. Mapelli
una conferencia en el Ateneo sobre su especialidad, y el público en general
tendrá ocasión esta noche de comprobar los trabajos que al notable profesor le
han valido una reputación mundial entre las personas competentes.
El programa anuncia escenas
sugestivas, demostración científica del ocultismo, lectura del pensamiento,
magnetismo, fascinación y otras experiencias curiosísimas.
Mayo de 1913, El Imparcial
ACADEMIAS, ATENEOS Y
SOCIEDADES
Mañana, a las seis de la tarde, dará en el Ateneo el
profesor James Mapelli una conferencia sobre el tema «Fenomenologia della
suggestone é delli ipnotismo».
COSAS DE TEATROS
Debut del profesor Mapelli. Las
experiencias de transmisión y lectura de pensamiento, braidismo y fascinación,
que ante un rumoroso público realizó anoche en el Gran Teatro, demuestran que
el profesor italiano Mapelli es un caso notable, semejante al de Onofroff y
Cumberland, que han sido lo mejor que hemos visto en este género.
Mapelli ha llegado a un gran
perfeccionamiento en los estudios de Psiquiatría. Anoche fue muy aplaudido en
sus experimentos, los cuales estuvieron constantemente intervenidos por
médicos, alumnos de la Escuela de Medicina y algunos compañeros de la prensa.
El poder de concentración, la
potencia hipnótica y una voluntad de hierro, que ejerce fascinadora sugestión,
son armas terribles de que se vale el profesor Mapelli para realizar
experiencias verdaderamente sensacionales.—
Heraldo de Madrid, 1913
INFORMACIÓN TEATRAL
GRAN TEATRO
Un éxito enorme fue el obtenido
por el profesor Mapelli en su segunda presentación de experiencias de
hipnotismo, ocultismo y telepatismo, que tan magistralmente ha elogiado la
Prensa, reconociendo sus grandes condiciones de sensibilidad para realizar tan
interesantes y demostrativos casos comprobados por cuantos médicos lo desean.
La diversidad de casos y la
cómica amenidad que intercala en muchos ejercicios, lo convierten en un
espectáculo curioso, entretenido y culto a un tiempo que vera todo Madrid.
Las nuevas películas «¿Demonios?»,
la última y maravillosa creación cinematográfica, y «La trata de niños»,
interesantísima y emocionante cinta de lo mejor que se ha exhibido hasta el
día.
El próximo jueves el profesor
Mapelli trabajará por la tarde en sesión especial…
fotografía: Dario Republicano.
fotografía: Dario Republicano.
sábado, 22 de agosto de 2015
miércoles, 19 de agosto de 2015
Psicoinervación
La
psicoinervación. Terapéutica psíquica, por el Dr. James Mapelli. (Librería «El
Ateneo», Buenos Aires.)
Después de
analizar ampliamente las diversas influencias psíquicas sobre la vida
vegetativa, estudia el autor los diferentes e intrincados problemas de la
conciencia y de la subconciencia exponiendo con mucha claridad la importante fenomenología
de las sensaciones estereotipadas en la subconciencia.
El valor principal de esta obra está en la
explicación de los fenómenos autosugestivos y en la técnica aconsejada para
poder provocar, en cualquier enfermo, fenómenos positivamente sugestivos, tan
indispensables para la medicina moderna.
El autor nos revela con gran sencillez, el
verdadero mecanismo de las sensaciones capaces de provocar trastornos orgánicos
y enseña una nueva terapéutica sin misterios, sin ocultismo y al alcance de
todo profesional.
La psicoinervación marca una nueva época en la
verdadera terapéutica psíquica, condenando las antiguas prácticas hipnóticas y sugestivas con
sus modalidades empíricas.
Esta doctrina está basada en la aceptación de
estímulos psíquicos, que producen inervaciones en todo el organismo humano, estímulos
que el autor clasifica en calmantes, excitantes o reflexivos y que se
transforman en sugestivos solamente cuando son elegidos con criterio
psicológico.
Ampliamente documentada y de elevado concepto
científico, tiene el gran
valor de ser escrita en forma didáctica y sencilla, que permite ser leída y
estudiada con facilidad.
Reciba
el
autor nuestras más
sinceras felicitaciones.
Revista
Iberoamericana de Ciencias Médicas, No 2, 1929, p. 50.